Un año más hemos vuelto a África. Nuestro querido Senegal nos espera reseco y sediento de necesidad. Gentes rebosantes de amor y ternura con la sonrisa anclada en sus labios nos miran expectantes:han llegado los Tubac, los blanquitos. Una vez más compartiremos un corto periodo de sus vidas, analizaremos esas miradas de cierto asombro con que nos deleitan; blanquitos a los que no les falta de nada vienen a esta tierra hostil donde la naturaleza carece de misericordia. Siempre será una tierra de fuertes mientras la pobreza sea la dueña del territorio. Cualquier enfermedad que en occidente consideramos casi inocua aquí puede arrastrarles hacia el olvido. Es un país de contrastes. La religión les cobija y les ampara de las adversidades terrenales .Còmo vivir un futuro en ausencia de esperanza subjugados por la pobreza si no es al amparo de la fe?
Es el cuarto año que venimos a Warang y nuestra pequeña isla va creciendo más y más. Ya tenemos cinco sillones dentales y el camión clínica ambulante. Sabemos que es una gota en el mar africano que no calmarà la sed pero algo de humedad aportará. Estos momentos, instantes fugaces de agradecimiento que percibimos a nuestro alrededor nos compensan por todo el esfuerzo que supone llevar a término estos pequeños proyectos. Saber que alguien a la hora de comer pensará que un desconocido se esforzó para que ese alimento suyo se le haga más agradable de degustar ya nos compensa. Un pan recién horneado dentro de una boca sana es mucho más apetitoso que cualquier delicatese Michelín en una boca llena de abcesos. El dolor del tipo que sea es algo claudicante y difícil de llevar que acaba paralizándote el ánimo y las ganas de vivir. La vida, ese corto suspiro que nos concede la eternidad,carece de significado si no somos capaces de dar algo con lo que el destino nos ha colmado a nuestros semejantes.
Gracias a todos de corazón
Suso Álvarez
Amigos de Buba
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