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Carta a un joven mandingo

Babacar:Una vida

La vida es lo que tarda el tiempo en convertir la belleza y la armonía en recuerdo. La tristeza en melancolía. El dolor en liberación. La mirada ingenua, en furtiva y celosa. Los besos, en suspiros de algo que fue y que nunca volverá igual. Ingrato tiempo, capaz de parar el reloj, de dormir los minutos y de hacer del instante una eternidad, y, sin embargo impasible a los rezos, súplicas y congojas, camina hacia adelante como un río hacia el mar arrastrando todas las pasiones y credos que la mente haya imaginado. La vida, cruel amargura de muchos, de sueños eclipsados por el desorden de la fortuna. Aspiraciones derrotadas por falta de fantasía e imaginación. La vida, ese corto periodo hecho de ardientes momentos juveniles, sueños y frustraciones adultas y resignaciones crepusculares, hay que vivirla tan intensamente que incluso engañemos al tiempo y que éste nuestro instante haya sido único, verdadero y casi infinito. Dedicar alguno de esos instantes, hacerlos casi mágicos, en ayudar a otros seres menos favorecidos, olvidados de la fortuna, hará que al final de nuestro viaje, cuando el horizonte ya veamos con nitidez, podamos alejar la angustia de nuestro espíritu y que la paz se adueñe de nuestros corazones para poder desnudar nuestra alma hacia la noche infinita.

Gracias Babacar por haberte conocido, por haber compartido tu mirada y por formar parte de tus sueños que espero sean felices y longevos.

Lee todo lo bueno que caiga en tus manos, porque eso te ayudará a desprenderte de esa corteza de inhibiciones que los dioses, las religiones, la sociedad y el oscurantismo del género humano nos quieren imponer. Solo así serás tu mismo y podrás defenderte de la fauna de depredadores que pulularán a tu alrededor. El progreso siempre ha estado marcado por hombres de conciencia libre, sin yugos que les marcaran el camino. Ellos lo trazaban en la noche oscura o al amparo de las estrellas, en la soledad de sus almas. Almas blancas y grandes capaces de ahuyentar los recelos y frustraciones de vivencias anteriores, de mejorar el camino de las futuras generaciones, siempre buscando la perfección, ese utópico estado que el hombre perseguirá y nunca ha de conseguir, el sueño de sus sueños.

Jesús Álvarez Ayala

Amigos de Buba

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